La Filosofía de la Thelema, pt.2 – Epistemología
by IAO131, translated by Enmanuel Hidalgo Infante
Note: The original essay, ‘The Philosophy of Thelema, pt.2: Epistemology’, can be found in the original English in Fresh Fever From the Skies and online.
Haz la que tú quieras será todo de la Ley.
Epistemología
Hay dos posturas sobre la razón que son expuestas en el Liber AL vel Legis. La primera de ellas es que la razón debe estar al servicio de la Voluntad y la segunda postura hace ahínco en la importancia de la experiencia directa sobre la razón. Estas ideas sobre la razón se entrelazan y apoyan mutuamente.
En primer lugar, la Voluntad es ‘supra-racional’ o más allá de la razón. La sección del Liber AL vel Legis que trata esta temática, se encuentra en el capitulo 2,
“Hay gran peligro en mí, pues quien no ha entendido estas runas cometerá un gran desacierto. Caerá dentro del foso llamado Porque y ahí perecerá con los perros de la Razón. ¡Ahora una maldición sobre Porque y su parentela! ¡Sea Porque maldito para siempre! Si el Querer se detiene y grita Por Qué, invocando a Porque, entonces el Querer se detiene y no hace. Si el Poder pregunta por qué, entonces el Poder es debilidad. También la razón es una mentira; pues hay un factor infinito y desconocido; y todas sus palabras están retorcidas. ¡Basta de Por qué! ¡Sea él condenado cual perro! ¡Pero ustedes, oh mi pueblo, sublévense y despierten!” (líneas 27-34)
Aquí tenemos la maldición puesta sobre el “Por qué” y la “Razón”. No existe el “Por qué” para la Voluntad, pues esta simplemente SURGE y simplemente ES. Ya que habitamos un mundo de Espacio Infinito y ya que la razón solo puede funcionar con ideas y cantidades finitas, la misma no puede expresar lo Infinito de forma clara y pura. Es una “mentira”, debido al “factor de lo infinito y desconocido”. Crowley escribe, “No hay razón para que una estrella deba continuar en su órbita. ¡Dejadla libre! …es ridículo preguntarle a un perro por qué ladra. Tenemos que seguir nuestra propia naturaleza y cumplir con nuestra Voluntad. Cuestionar esto es destruir la confianza para así crear una inhibición”. (La Ley es Para Todos, II:30-31) Por lo tanto, la razón debe atender solamente su propio negocio (la solución de problemas racionales) para que la Voluntad pueda fluir sin inhibiciones. De lo contrario, “uno corre el riesgo de descender del mundo de la Voluntad (‘liberado de la lujuria del resultado’) al de la razón” (Obra de Djeridensis, Liber AL II:30). Crowley continua, “No debemos suponer por un instante que el Libro de Ley está opuesto a la razón. Por el contrario, su declaración de autoridad descansa en la razón y nada más. En este se desdeña el arte de la oratoria que conduce a la mente hacia la razón. Pero este mismo hecho también enfatiza que la mente debe ocuparse de su propias cosas. La misma no ha de transgredir sus límites, sino que ha de ser una máquina perfecta; un aparato que pueda representar el universo a su amo de forma precisa e imparcial. Pero el Ser, su Voluntad y su aprehensión deberán permanecer más allá de su alcance”. (La Ley Para Todos, II:27). Además, “cuando la razón usurpa las funciones superiores de la mente; cuando esta se atreve a dictar a la Voluntad lo que sus deseos deben ser, la estructura de la estrella es destruida complemente. El Ser debe ser Voluntad en movimiento, es decir, la Voluntad solo debe recibir ordenes desde adentro y desde arriba. (“Obra de Djeridensis”, II:31).
Otra afirmación es hecho en el Liber AL vel Legis I:58, “Doy goces inimaginables en la tierra; certeza, no fe, mientras en vida, sobre la muerte; paz indecible, descanso, éxtasis; tampoco exijo cosa alguna en sacrificio”. La Voluntad no requiere artículos de fe para ser aceptada, sino que pide que el individuo confíe en sus propias experiencias. Es la fe concedida por la experiencia directa de la “consciencia de la continuidad de la existencia”(Liber Al vel Legis I:26) la que se ofrece. No se proponen preceptos racionales, debatidos, aceptados y rechazados, sino que más bien uno alcanza varios trances para aprender de experiencias propias. Cuando uno obtiene la “consciencia de la continuidad de la existencia”(Liber AL vel Legis I:26) y se convierte en el “jefe de todos”(Liber AL vel Legis I:23), la unidad de esta percepción no es explicable por la dualidad de la razón. En relación con esta experiencia, encontramos que “no puede haber realidad en ningún concepto intelectual y que la única realidad radica en una experiencia directa de tal naturaleza, que la misma se encuentra fuera del alcance del aparato critico de nuestras mentes. No puede estar sujeto a las leyes de la razón; no puede ser encontrado en las cadenas de la matemática elemental; solo las concepciones translimites e irracionales en esta materia, podrían prefigurar la verdad de alguna paradoja, como la identidad de los contradictorios” (las Ocho Lecturas de la Yoga). Crowley también dice, “Para si quiera poder tener valor alguno, la fe debe ser sinónimo de experiencia… Ninguna cosa es útil para nosotros al menos que sea inquebrantable ante la crítica de cualquier tipo, y solo hay una sola cosa en el universo que cumple con estas condiciones: la experiencia directa de la verdad espiritual. Es allí y solo allí, donde estamos en la posición en la que las grandes mentes religiosas de todos los tiempos coinciden. La misma está necesariamente por encima de dogmas, ya que los dogmas son una colección de alegatos intelectuales; cada uno de los cuales – incluyendo sus contradicciones – pueden ser fácilmente negadas y demolidas” (Las Ocho Lecturas de la Yoga). Esta percepción del mundo como algo continuo y unitario, no es ofrecido en la fe, pero ciertamente esta puede ser alcanzada y reconocida por aquellos que logran obtenerla.
Otra doctrina relacionada con la razón que aparece en los escritos de Crowley, pero no explícitamente en el Liber vel Legis, es la idea de la circularidad de la razón. La razón solo puede manipular y procesar sus propios estatutos. Esto está relacionado con lo mencionado anteriormente, ya que los problemas de la esfera de la razón no deben usurpar el poder o dictar acciones a la esfera de la Voluntad. Tenemos un ejemplo de de la circularidad de la razón en “Los Antecedentes de la Thelema”, en donde Crowley escribe, “Todas las pruebas resultan ser definiciones al ser examinadas”. (Para a = bc, b = de … w = xy, y y = za.) En este sentido, la razón se ocupa de las relaciones entre ilusiones. Esto es ciertamente útil. La ciencia es un buen ejemplo de esto, pero esta no nos brinda los hechos poderosos de las cosas como son. En un sentido más profundo, la razón funciona dentro de los reinos de la dualidad, mientras que la Voluntad debe permanecer en un solo punto, y por eso, no debe estar enredada en las maquinaciones de la razón. Crowley escribe más adelante sobre esta idea en su ensayo titulado “Conocimiento” en los ‘Pequeños Ensayos Hacia la Verdad,’ (Little Essays Toward Truth) “Todo conocimiento debe ser expresado en la forma S=P. Pero si es así, la idea P es realmente implícita en S, por lo tanto, no hemos aprendido nada… S=P (si son idénticos no tuviese sentido) es una afirmación de la dualidad; o como bien podríamos decir, la percepción intelectual es una negación de la verdad Samádhica. Es por lo tanto esencialmente falsa en lo más profundo de su naturaleza”. La razón entendida simplemente como la relación de las palabras que apuntan a otras palabras, hasta el infinito. Además, como se mencionó anteriormente, debido a que la razón trabaja con las relaciones entre ideas (la relación entre ‘S’ y ‘P’), la misma afirma la dualidad en el mundo. Dos cosas solo pueden ser procesadas por la razón, si ambas son distintas, y por lo tanto, separadas.
Para resumir, todas estas ideas sobre la razón se entrelazan para darnos una idea general del enfoque de la Thelema en cuanto al conocimiento y la razón. En esencia, la Voluntad de la persona está más allá de la razón, es supra-racional. Por lo que no se justifica preguntarse un el “Por qué” de la misma. El individuo entonces debe marchar hacia adelante con constancia para experimentar cosas nuevas y diferentes, sin tener que depender de los estatutos de la fe. La razón es una facultad humana que nos permite manipular y encontrar las conexiones entre hechos e ideas finitas. Debido a esto, debe trabajar dentro de su propia esfera (es decir, ocuparse de los problemas de la razón como las matemáticas, la ciencia, etc.) dejando a la Voluntad actuar sin inhibiciones. Con este entendimiento, es posible controlar a la razón cuando esta pregunte: “¿de dónde venís? ¿a dónde iréis? y así podéis responderle: “!No se de donde! ¡No se a donde …¿No existe alegría inefable en esta queja sin rumbo? ¿No existe fatiga e impaciencia para aquel que se empeña en alcanzar una meta?” (Liber LXV, II:21-22, 24)
Amor es la ley, amor bajo voluntad.